Tecnologías obsoletas que todavía se usan

No vamos a hacer un exhaustivo estudio histórico sobre el comienzo de la tecnología. Todos sabemos que eran unos monos y un monolito. Vamos a simplificar exageradamente como se aplica a nuestras vidas e intentar desgranar que elementos están fuera de lugar. Empezaremos con unos ejercicios de visualización:

El pasado

Intenten evocar una casa solariega. Dos alturas, una puerta para las personas y una solida puerta alta para las caballerizas. Actualmente ya no se construyen así, pero desde el renacimiento e incluso después de desaparecer el uso de caballerías, se obligaba a subir una planta para que tuvieran espacio monturas y tractores. Una concepción de la casa como castillo que ya perdía sentido en siglos posteriores.

El presente

En cuantas casas, restaurantes, tiendas, revistas han visto máquinas de coser antiguas como elemento de decoración. Sin nuestro contexto cultural, ¿podríamos pensar que alguien se dedica a la costura en ese lugar?. Nos evoca un elemento del pasado con el que mantenemos un vínculo sutil. “La caja de costura de la abuela”. “Antes la ropa se hacía en casa”. “Esto lo he visto en casa de mis tíos”. … Todavía se venden máquinas, patrones y tejidos, pero han pasado de ser un medio de vida o de economía doméstica a una afición o entretenimiento.

El futuro

Rick Deckard, el personaje protagonista de Blade Runner, usaba una cabina telefónica.

Tanto la novela de Philip K. Dick como la película de R. Scott no pretenden ser un “Futurama” que nos muestre el mundo del futuro, sino una reflexión sobre si una mente artificial con recuerdos implantados nos convierte en humanos. Vista la película unas décadas más tarde, nos llama la atención que ese elemento estuviera allí, no nos comunicamos así, pero en la narración no se ofrece una alternativa y lo único fuera de lugar es que el videoteléfono estuviera fijo. Esto ha modificado nuestra percepción de muchas ficciones, desde Superman y su cabina vestuario a todas las películas de intriga que se resolverían con una llamada de móvil o un mensaje de texto.

Tecnologías perennes

Las tecnologías y los artefactos que las aplican tienen una función primaria y una secundaria. El uso mayoritario no tiene porque ser para lo que fueron diseñados (Viagra, Post-it, …), sino su aplicación. La función secundaria puede tener sentido o permanecer en el tiempo aunque esté superada: la máquina de coser decorativa o la motosierra como arma en películas o videojuegos de terror. Sin embargo, hay elementos que han sufrido mejoras, pero su función principal es insustituible.

En la paradoja de la dicotomía, Zenon proponía que una distancia era inalcanzable si se recorría en cada paso la mitad del espacio restante. En la evolución tecnológica sucede algo parecido. No alcanzamos un estadio final, pero no paramos de avanzar en pasos cada vez más cortos y precisos. La luz eléctrica sería este primer paso. Conseguir superar el miedo atávico a la oscuridad con un solo clic, es algo insuperable como experiencia de uso. Es algo profundo en nuestra mente y en nuestro lenguaje. Apagón evoca situaciones de anarquía, caos e ignorancia. Siendo tan importante, la luz artificial era dominada con antelación, pero siempre bajo escasez y mediante un ritual de paso. Los salones de baile y las catedrales se iluminaban con velas sin lograr la intensidad que ahora tienen algunas vías públicas.

La luz eléctrica es antigua y todavía se usa, pero no es obsoleta. No ha habido una tecnología que la reemplace. Al contrario, se ha hecho tan abundante que está presente día y noche sin necesidad de encendido. Para que cumpla las premisas del título, debería tener un reemplazo actual o muy próximo en el futuro. No solo eso, algunos productos o servicios actuales no se habrían desarrollado actualmente para llegar a como son actualmente.

Lo primero es lo primero

Los humanos pasamos casi todo el tiempo vestidos. Usamos más o menos ropa según las condiciones climáticas y más allá de condicionantes morales, nos protegen de la intemperie. Se han desarrollado materiales, tejidos, formas y procesos para cubrir el cuerpo de la forma más adecuada, desde el bañador al traje de astronauta, pero no se ha superado la forma de conseguir el objetivo primario de protección mediante objetos flexibles adaptados al cuerpo. Conseguido el fin fundamental, se han desarrollado elementos secundarios: la moda. Ya sea por vanidad, con motivos ceremoniales o funcionales se han desarrollado múltiples vestimentas que van más allá de protegernos o facilitarnos nuestra vida cotidiana. Este sería un caso claro de separación entre función principal y secundaria y que permanecen ambas a lo largo del tiempo.

No lo es todo

Con los ejemplos anteriores hemos superado los límites de lo que definimos como tecnología. Esta es una palabra reciente que, a pesar de sus raíces griegas, no se usaba antes del siglo XVII. Todos los elementos que analizaremos son invenciones humanas, pero no vamos a considerar constructos sociales (economía, religión, estado, …) o culturales (pintura, literatura, música, …). Así descartaríamos la comida (qué es lo que comemos), pero podremos considerar la forma en la que cocinamos (o no).

Las reglas básicas

Vamos a describir tres reglas fundamentales que podremos aplicar para analizar cualquier aspecto de la invención humana y de la tecnología:

  1. Su función primaria está ampliamente superada.
  2. Se sigue utilizando con normalidad.
  3. Si no existiese, no se desarrollaría en esta forma.

Visualicen estas reglas como tres círculos con áreas de intersección entre ellos. Esto crea ocho espacios: los tres círculos, las tres áreas entre dos círculos, el área exterior a los tres y una intersección entre los tres al mismo tiempo. Este pequeño sector es el de nuestro interés.

Hay algunos elementos quedan fuera porque no cumplen ninguna de las tres reglas, normalmente ya tendrán un contexto histórico por diferentes razones. Por ejemplo, el uso de sanguijuelas en medicina: está superado, no se usa y no se desarrollaría de esta forma. Está obsoleto y no ha evolucionado, sino que ha sido descartado.

Otros elementos son funciones mejoradas de formas antiguas. Por ejemplo las armaduras medievales no se construyen (excepto como adornos o recreaciones), pero su función principal la cubren los chalecos, cascos, monos y prendas de kevlar. Siendo los pilotos de MotoGP la imagen rediviva de aquellos “campeones”.

Hay un tercer grupo de grandes excepciones: los usos secundarios. Un ejemplo sería la música en vinilo. Su función principal está superada: existen formatos digitales con fidelidad superior. No es la forma más común de escuchar música. Para bien o para mal, la reproducción desde dispositivos digitales y en su mayoría en streaming es la forma ubicua de escuchar música o casi cualquier contenido. Hace menos de un siglo se publicaban discos y cintas con cursos de idiomas o recopilaciones de chistes. Esto nos parece impensable, sin embargo, la publicación de música continúa. Muchos artistas publican en vinilo, se reeditan discos antiguos y se graban maquetas en forma de cassette para presentación o distribución de pequeñas series. Estos productos pertenecen más al merchandising y quienes los compran y utilizan encuentran más satisfactorio escuchar música así. Ya sea por la textura sonora, por la atención plena o por escuchar obras creadas como conjunto. En todo caso, ya no es la forma única o mayoritaria de hacerlo.

Y entonces, ¿cuáles son?

Con este preámbulo tenemos algunas herramientas para analizar objetos a nuestro alrededor y les invito a ello.

¿Un vaso? No está superado.

¿Un botijo? Tampoco está superado, pero no se usa.

Al más puro estilo clickbait, en próximas entradas mostraremos algunas cosas que están a su alrededor y que cumplen las tres reglas.

Permanezcan en sintonía …

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